“EL PROYECTO - FASES – SU ESTRUCTURA “
“EL PROYECTO - FASES – SU ESTRUCTURA “
2. CONTENIDO O DESARROLLO DEL TEMA:
Un proyecto es una planificación, que consiste en un conjunto de actividades a realizar de
manera articulada entre sí, con el fin de producir determinados bienes o servicios capaces
de satisfacer necesidades o resolver problemas, dentro de los límites de un presupuesto y
de un periodo de tiempo dados.
FASES DE UN PROYECTO
1) Evaluación inicial:
Antes de elaborar y poner en marcha cualquier tipo de proyecto, lo primero que se
debe hacer es realizar es un análisis exhaustivo de las necesidades detectadas y
una reflexión sobre el origen, las causas y cómo se va a actuar.
2) Planificación:
Una vez detectadas las necesidades y analizado el origen, es el momento de la
planificación, es decir, de diseñar el proyecto. Para ello, habrá que definir los
objetivos que se persiguen, las fases por las que se van a pasar, la duración del
proyecto, los recursos necesarios, los métodos que se van a utilizar, el seguimiento
que se llevará a cabo, la organización de los equipos de trabajo, los costes y la
financiación, las estrategias de comunicación que se utilizarán o los indicadores que
se tendrán presentes para la evaluación.
3) Puesta en marcha del proyecto:
Una vez realizada la planificación, se podrá ejecutar el proyecto. Es el momento de
llevar a cabo cada uno de los pasos establecidos y de realizar todas las estrategias y
actividades que se han programado. En esta fase, el seguimiento y la evaluación
continua son fundamentales para asegurar el éxito del proyecto, ya que permiten
introducir las mejoras necesarias en cada momento.
4) Evaluación final:
La última fase, una vez finalizado el proyecto, será la evaluación de los resultados
obtenidos, es decir, si los objetivos que se plantearon inicialmente se han alcanzado
y en qué grado. Además, en esta fase, lo ideal es realizar un análisis de los
resultados,
Estructura de un proyecto
1. Propósito y meta: la finalidad de un proyecto refleja su visión y se expresa en forma
de objetivos generales y específicos, que marcan los hitos sobre los que estructurar
el trabajo.
2. Destinatarios: se trata de definir quiénes serán los receptores de los frutos que dé
el trabajo organizado que implica un proyecto. Los beneficiarios, el público objetivo no
sólo habrá de ser tenido en cuenta en la entrega, para una valoración final sino que,
como suele ser habitual, tiene que ser escuchado durante las fases previas,
planificación y ejecución, por si hubiese que introducir cambios, tener en cuenta
nuevas reglas o si se precisase adaptar algún proceso para adecuarlo a sus
exigencias.
3. Producto o servicio: es el medio que permite alcanzar el objetivo final, el resultado
que se pone a disposición del receptor en la entrega. Se trata de un elemento
específico muy importante para la estructura de un proyecto ya que, alrededor de él,
se condensa el trabajo de investigación y análisis previo, se concretan los detalles del
diseño y se planifica la ejecución.
4. Actividades: y las tareas en las que se desglosan marcan el paso de las etapas y
el avance del proyecto. Su progreso ha de poder ser controlado y debidamente
monitorizado y, por eso, es preciso hacer una definición de las mismas lo más precisa
y clara posible. Además, es fundamental el establecimiento de prioridades ya que no
todas tienen el mismo nivel de criticidad y esto debe ser tenido en cuenta.
5. Cronograma: definir los plazos máximos permitidos para la ejecución de cada tarea
o actividad es la mejor guía para su desarrollo. La estructura de un proyecto se
beneficia de esta ordenación tanto desde el punto de vista de la gestión, que se facilita
al propiciar el seguimiento; como desde el punto de vista de la acción, que mejora el
rendimiento y minimiza los errores al tener una visión más clara de las implicaciones
del propio desempeño con respecto al global del proyecto.
6. Recursos: la disponibilidad de los mismos determinará en gran medida la viabilidad
del proyecto. Recursos humanos y materiales deben aprovecharse de forma
optimizada y teniendo en cuenta su influencia sobre las actividades de la cadena
crítica, que deben preservarse..
7. Presupuesto: es una de las principales restricciones a los proyectos y, como tal,
ha de ser estudiado en su diseño. El análisis de costes, directos e indirectos y los
medios de financiación tienen que formar parte de esta fase de iniciación en la que se
perfila el esqueleto de la iniciativa.
8. Indicadores: al final, los proyectos se miden por sus resultados y, como no
conviene esperar al final para conocerlos, resulta imprescindible establecer los
indicadores que permitirán monitorizar el progreso a través de la recogida de métricas
sobre áreas relevantes.
BUEN TRABAJO
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